El camino de la verdad espiritual puede ser tan variado y sin embargo conduce siempre al mismo lugar: la unión de todo tu ser en UNO.
Quizás seas un buscador de la verdad, hurgando en los entramados de tu mente, buscando respuestas complicadas a preguntas simples. Y sabes, un día yo fui así. Creía que la verdad era complicada, algo que requeriría un gran esfuerzo y lucha para realmente descifrar de qué se trata la vida en el universo y entonces lograr la verdadera libertad. Pero, no me tomo tanto tiempo averiguarlo.
Claro, no tienes porque creerme, ya que esta es MI verdad y no tiene porque ser la tuya si no lo deseas. Pero, en realidad las cosas son simples. La verdad se encuentra cuando se deja de buscar, cuando dejas de experimentar con una u otra opinión, técnica de liberación o cursos diversos.
La verdad aflora por si sola desde el corazón cuando este se encuentra libre, cuando regresas a las raíces simples de ver las cosas como las vería un niño.
Cuando te tomas el tiempo para encontrar dentro de ti la sabiduria que proviene del universo.
Cuando profundizas en meditación siguiendo tu propio metodo, aquel que dicte tu corazón.
Cuando dejas de pelear y discutir por defender algo que ni siquiera tu tienes claro.
Cuando respetas y comprendes que el camino que toma el prójimo es el adecuado para su ser y en lugar de derribarlo, lo apoyas y lo liberas dejándolo que siga el camino hacia la realización de su ser.
Cuando dejas de hacerte daño recordando el pasado, sacrificando el ahora y el aprendizaje que trajo consigo cualquiera que haya sido la situación.
Cuando dejas de enfadarte porque los demás opinan diferente a ti y no ven las cosas como tu.
Cuando comienzas a amar todo lo que existe porque dentro de ti comienzas a comprender que todo lo que existe es parte de ti también.
Cuando deseas que todos sientan y experimenten la felicidad desde el centro de su corazón.
Cuando experimentas por primera vez la sensación de estar cuidado y amado y te sientes parte del universo.
Cuando dejas de pelear y discutir por defender algo que ni siquiera tu tienes claro.
Cuando respetas y comprendes que el camino que toma el prójimo es el adecuado para su ser y en lugar de derribarlo, lo apoyas y lo liberas dejándolo que siga el camino hacia la realización de su ser.
Cuando dejas de hacerte daño recordando el pasado, sacrificando el ahora y el aprendizaje que trajo consigo cualquiera que haya sido la situación.
Cuando dejas de enfadarte porque los demás opinan diferente a ti y no ven las cosas como tu.
Cuando comienzas a amar todo lo que existe porque dentro de ti comienzas a comprender que todo lo que existe es parte de ti también.
Cuando deseas que todos sientan y experimenten la felicidad desde el centro de su corazón.
Cuando experimentas por primera vez la sensación de estar cuidado y amado y te sientes parte del universo.
Es entonces, mi querido hermano que tus alas se abren y tu corazón se expande, mostrandote todas las verdades del universo y puedes ver a Dios cara a cara y darte cuenta que todos formamos parte de esa inmensa creación, de esa eterna verdad.
Entonces te das cuenta que aquella verdad que tanto anhelabas es la mas simple de todas y se resume en una simple y sencilla palabra.
...AMOR...
Dedicado a aquellos amigos a quienes he decidido liberar para que continúen su camino, sabiendo que algún día nos reencontraremos en unicidad.
3 comentarios:
HOLA KAI.
MARAVILLOSAS PALABRAS.
SON CANALIZADAS O SON DEL HUMANO QUE ESCRIBE MENSAJES SEGUN SU PUNTO DE VISTA?
POR OTRO LADO, ME GUSTARIA SABER QUE CANALIZADORES CONCIDERAS COMO UN "PAR DE EXCEPCIONES".
FELICIDADES Y GRACIAS POR COMPARTIR.
JOSE ANTONIO.
Hola de nuevo Jose Antonio.
Como te decia en tu comentario anterior, no soy un canalizador de ningun entidad. Lo que escribo proviene de mi interior. De la sabiduria a que todos tenemos acceso tan solo con serenar la mente, la sabiduria del corazon, de nuestro Ser interior.
Karen Bishop, es una excepcion porque no es canalizadora.
Gracias y bendiciones!
GRACIAS KAI,
POR TU RESPUESTA Y POR LA INFORMACION SOBRE KAREN BISHOP.
SALUDOS Y UN ABRAZO.
JOSE ANTONIO.
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